TERAPIA DE PAREJAS

Al igual que los elementos, los seres humanos reaccionamos de muy distintos modos en función de con quién nos relacionamos. Las personas con las que establecemos contacto o una relación nos provocan reacciones y comportamientos muy variados.

Somos los mismos en todos los casos, mantenemos nuestra esencia como seres humanos, pero, en ocasiones podemos parecer personas distintas, según con quién nos encontremos. Esto es algo natural, dada nuestra capacidad de adaptación y se explica en función de nuestra historia de aprendizaje. Guardamos en nuestra memoria muestras de comportamiento de las personas con las que nos hemos relacionado a lo largo de nuestra vida y en nuestro afán innato por protegernos, en definitiva, por sobrevivir, optamos por las opciones de conducta que componen nuestro repertorio por las que consideramos más beneficiosas para nosotros en cada momento.

En los inicios de una relación solemos mostrar la mejor versión de nosotros mismos con el claro objetivo de agradar y además estamos embriagados por las hormonas de la felicidad que nos hace segregar tan intensa vivencia. Pero poco a poco, el peso de la mochila cargada con nuestras experiencias vitales que tan ligera se antojaba con la fuerza que nos da el enamoramiento, se va dejando sentir y van apareciendo algunas de nuestras “direcciones asistidas”, aprendidas de experiencias pasadas, que tal vez se haya tratado de disimular pero que están ahí y tarde o temprano aparecen y aportan nuevos matices a la relación. En ocasiones contribuyen a consolidarla, pero también pueden generar una gran disonancia en la pareja.

No es posible generalizar al hablar de relaciones. Cada una es un mundo multiplicado por dos, o en ocasiones por tres o más. Pero lo que sí es común a todas, es que cuando las cosas van mal y no se encuentra el modo de mejorar la situación, el apoyo que puede ofrecer una terapeuta puede ser decisivo para consolidar la relación o que se produzca la separación del modo menos doloroso posible.

Las dificultades que atraviesan las parejas suelen estar relacionadas con la convivencia, con diferencias en el modo de afrontar la cotidianeidad, la crianza, infidelidades o problemas sexuales.

Antes de iniciar el proceso terapéutico es recomendable evaluar el grado de compromiso e implicación que tiene la pareja y si la atracción entre ellos se mantiene a pesar de que pueda parecer que ha desaparecido. A partir de ahí, el objetivo será fortalecer la relación, recuperar la confianza y aprender estrategias para resolver los problemas que puedan surgir en la pareja y fuera de ella; siempre trabajando con los dos miembros de la pareja conjuntamente.